Desde la entrada de China en la OMC, China está levantando poco a poco las barreras para la entrada de productos agroalimentarios extranjeros dentro de su país. El consumidor chino además, gracias al incremento de renta, es cada vez más exigente y está abriéndose a consumir productos fuera de sus fronteras. En un mercado de 1.300 millones de habitantes y en un país de tales proporciones, los gustos gastronómicos varían enormemente de una latitud a otra, pero ello no debe restar interés, al contrario aumenta las posibilidades de que ciertos productos sean demandados por los consumidores chinos.
España y China acordaron durante el año de España en China (2007), empezar a estudiar la posibilidad de introducir en el mercado asiático productos cárnicos españoles, lo que abre perspectivas muy interesantes a los productores de jamón y otros subsectores. También las empresas suministradoras de maquinaria para procesamiento de carne tienen un importante mercado que explorar, pues los empresarios chinos no disponen ni de la tecnología ni del know-how suficiente. En el sector del vino, lácteos y del aceite, las empresas españolas tienen todavía mucho recorrido que realizar, ya que nuestra presencia no está todavía en proporción con nuestro peso a nivel internacional. En concreto, en el sector del vino embotellado, el volumen que España vende en China está muy lejos por ejemplo de Francia, que exporta hasta 6 veces más que España.
CHEIC, colabora con la administración española, muy implicada en favorecer las exportaciones de productos agroalimentarios. La participación en ferias y congresos, es un escaparate necesario para introducirse en este mercado tan complejo. Finalmente, trabajamos también con algunos de los principales importadores locales, ya que la comercialización a través de estas figuras es necesaria para poder introducirse en el mercado chino. Conseguir este objetivo, es fruto de grandes dosis de paciencia y contar con los apoyos adecuados en los diversos mercados.